El estar confinados nos ha cambiado la vida a todos, de la noche a la mañana dejamos de tener una rutina cierta y hemos entrado en la zona de incertidumbre total, donde convivimos con la sombra del miedo a la muerte. Por un lado la amenaza de la propia existencia, y por otro lado la del futuro de muchos emprendimientos y negocios.
Para muchos de los restaurantes que dependen del consumo de oficinista, este es sin duda una panorama muy desconcertante, es como si de la noche al a mañana el 70% de sus clientes se hubieran mudado. Para quienes comían muy poco dentro de casa, este es sin duda un reto que empieza cada día con hacer frente a la cocina y al tiempo que esto implica.
Muchos restaurantes se han volcado rápidamente a las ventas a domicilio, otros restaurantes han abierto sus despensa para vender productos a sus vecinos, y otros han adaptado sus menús por platos menos elaborados y de menor costo para poder continuar brindando su servicio. Sin duda muchas de estas interrogantes rondan nuestras cabezas:
- ¿Cómo será cuando el confinamiento termine?
- ¿Regresaremos a restaurantes donde el aforo ha disminuido para dar paso a micro espacios blindados paro el virus?
- ¿Dejaremos de usar cartas y utilizaremos códigos QRL?
- ¿Enviáremos mensaje de texto para hacer nuestros pedidos?
- ¿Seremos desinfectados antes de entrar en un restaurante?
O simplemente encontraremos la cura a este virus y todo quedará atrás como una experiencia que nos hizo valorar cada momento compartido en torno a la mesa con amigos y familia. Volveremos a estos espacio especiales donde ir a un restaurante nos brinda una momento cálido de sociabilización y cercanía social.
Dentro de toda esta incertidumbre, lo que si es muy cierto es que hoy más que nunca agradecemos a quienes con su esfuerzo nos han permitido vivir muchos momentos felices en torno a una mesa y a una buena comida! Esperamos adaptarnos a estas circunstancias y encontrar la forma de seguir socializando en torno a la buena gastronomía.
TAVOLA / ECUADOR